lunes, 1 de octubre de 2018

La semilla que tenía vértigo

¡Hola a todos! Solamente "Vértigo". El vértigo es el conflicto entre el miedo a la caída y el deseo de volar. Vértigo es adrenalina, emoción. Vértigo es nudo en la garganta. Vértigo es angustia. Vértigo es sencillamente riesgo, aventura. Y sobre todo, el vértigo que da no estar a la altura!

Tengo vértigo. Hace unos días que me he enterado. Fue una sensación nueva, que nunca antes había tenido. Hace unos días me di cuenta de que tenía un gran problema y a la vez un gran obsequio, que ya nada iba a ser igual. Ahora sé que desgraciada o afortunadamente, una parte de mí, de mi yo, se va a quedar aquí. Para siempre. Lo quiera o no. Solo percatarme de esto hace que todas las letras del teclado se vuelvan difusas. Ahora tengo dos hogares y eso, simplemente, me aterra. Pensar que voy a vivir en un limbo, que hay unos malditos 8239 kilómetros entre mi casa y yo, y que no importa el extremo de la cuerda en que que esté, la ausencia va a estar ahí, vagando por mi ser, me aterroriza.

Esta jugarreta es a la vez mi suerte. Pertenezco a dos lugares, que son a la vez distintos pero iguales. Hay personas maravillosas en ambos, personas que lo darían todo por mi, que me sujetan cuando estoy al borde de este fantástico precipicio constante, permanente desde hace dos meses; son personas que por alguna razón, se han cruzado en el telar de mi vida, y, sin ellos darse cuenta, se han llevado enredado un hilo en la muñeca. Soy feliz.

Qué dos semanas más intensas... Los días pasaron golpeando sin piedad, en su transcurso hubo fallos inocentes, como el día de la primera competición de liga de cross country, en el que teníamos que ir "dressed up" al instituto y yo, segurísimo de mí mismo, llevé el uniforme del equipo en vez de ir de camisa y corbata. Hubo días de euforia, cuando alcancé mi "personal record" dos veces en dos semanas; y también días de estrés, en los que deseaba con todas mis fuerzas que el Sol no saliera nunca para que pudiera dormir un poco más. También ha habido cambios: he cambiado de profesor de "Personal Finance"; he de decir que la modificación ha sido muy positiva, ahora estamos aprendiendo lo que es el mercado de verdad; a través de un juego que simula la bolsa global en el que, partiendo de una cantidad de dinero, tienes que conseguir que dicha suma aumente mediante tus relaciones con empresas reales. Es adictivo. Esta variación ha alterado algo que debería de ser intocable: la hora de la comida, ahora los miércoles tengo que esperar seis horas hasta el "lunch" para poder comer, al menos el esfuerzo es rentable, pero mi león interior no lo ha entendido aún.

El instituto persiste en su tendencia satisfactoria, la montaña de deberes se va haciendo cada vez más alta, temo que llegue el momento en el que la usemos para entrenar los lunes en cross country, pero todo trabajo está dando sus frutos. Esto mismo lo podemos ver en el equipo, todo el mundo se está poniendo en forma y mejorando sus marcas, Coach K está muy contenta con nosotros, y yo estoy muy contento con ellos también. Mi relación con ellos es mucho más natural, ya somos familia, las bromas son parte del día a día y las risas siempre están presentes. Cuanto más tiempo paso con ellos, más tiempo quiero estar con ellos, pero no solo yo, es reciproco, y esto hace que me ahogue de alegría. Con la llegada de los primeros exámenes ha llegado también el estrés, y es que me parece bien que nos manden deberes para reforzar lo que nos han explicado, pero estaría bien que al día siguiente se corrigieran; esta situación ha sido agobiante porque, faltaban pocos días para el "quiz" de Precálculo y yo no sabía como resolver los problemas; es verdad que no entendía algunos de los enunciados por el idioma pero al final no dejé que cundiera el pánico y todo se resolvió con éxito, literalmente.

También aconteció uno de los fines de semana que sé que se ha quedado abigarrado en mis recuerdos. El finde del "Three Course Challenge", otro evento de cross country en el que hicimos una acampada en Rilea Camp, OR. El viaje en bus fue muy productivo, estuvimos hablando todo el rato sobre el "high school" y el comienzo del año escolar; cuando llegamos al camping, cada uno se estableció en sus cabañas (hechas de madera y tela, circulares y, lo mejor del todo, con un tragaluz el el techo a través del cual podías ver las estrellas por la noche y despertarte con los primeros rayos del alba) y, después de deshacer el equipaje, nos dispusimos a correr una pequeña ruta por los alrededores. Luego del breve paseo, encendimos una hoguera para calentarnos un poco y hacer los conocidos "s'mores", que están deliciosos. Tras ver a un par de animales salvajes y pasar un buen rato mirando al hipnótico fuego, decidimos jugar a un par de juegos de baraja antes de ir a dormir. Esa noche descansé y cogí fuerzas para la carrera del sábado, que yo describiría como impredecible pero en la que obtuvimos buenos resultados por parte de nuestro "Varsity". Después del evento, hicimos una parda en Seaside, OR, donde probamos unas "bagels" exquisitas, jugamos al "air hockey" y nos marcamos un buen sprint hacia el bus. El domingo por la mañana, procedí a hacer mi ya rutinaria llamada a casa, es bueno saber que todo sigue en orden y avanzando; y por la noche fui junto con mis padres americanos a la presentación de un restaurante en Vancouver, OR, donde degustamos unos muy buenos menús.

Durante la semana pasada, en mi clase de Leadership estuvimos bastante centrados en la gran fecha que se avecinaba: "Homecoming". Planeamos la decoración del edificio, cómo iba a ser el baile, cuál sería el proceso de elección de la corte, de la que saldrán el rey y la reina... Y todo este tipo de cosas muy americanas. También conocí a otro estudiante de intercambio español que llevaba desde el principio en mi clase de inglés... Tuve mi primera clase individual de flauta, que fue todo un éxito, ahora tengo un montón de nuevas propuestas en cuanto a este año; la verdad es que no puedo esperar para ver como se trabaja con la música aquí. El lunes tuvimos nuestro #monstermonday en cross country y durante los dos días siguientes me encontré un poco mal, afortunadamente, tras dieciséis años con mi abuela, encontré la forma de solventar este contratiempo rápidamente; aún así, el bajón atizó a todo el equipo, haciéndonos parecer una masa moribunda que se dedica a correr por la ciudad de tres a cinco. Hemos tenido otra de las increíbles cenas de equipo, a cada cual mejor, y también me he hecho con alguna que otra sudadera del instituto (lo que me costó todo un lunch, pero valió la pena). Además, a lo largo de la semana hubo estrés general causado por los pases para el baile de homecoming en el otro instituto de la ciudad y la tarde de compra de la ropa semiformal (para los detalles de Homecoming habrá que esperar a la siguiente entrada, pero puedo adelantar que no se está reparando en gastos). El miércoles tuvimos otra carrera de la liga en Vancouver, OR, que también fue un poco caótica debido a la decadencia en la señalización, pero nos lo pasamos muy bien; es siempre un gusto estar rodeado de personas que merecen la pena.

Y como último evento importante, cabe destacar la enorme "Nike Portland", esta fue la carrera de este fin de semana; una de las más importantes de la temporada y a la que acudieron más equipos hasta la fecha. Fue gigante en todos los sentidos, a mi me tocó correr hacia el mediodía, cosa que no me gusta, porque tienes que andar mirando lo que comes y lo que haces todo el rato para estar a punto cuando suene la pistola. He de decir que fue la carrera más dura que he hecho, durante todo el trayecto noté todo mi cuerpo ardiendo pero no paraba de repetirme a mi mismo en bucle que tenía que seguir, que en un año pagaría lo que fuera por repetir ese momento y que tenía que hacer que todo el esfuerzo valiese la pena; y así fue, conseguí mi "personal record" actual (22:10). Además, durante ese día mejoré muchísimo mis relaciones con el equipo que se volvieron, como ya dije, mucho más naturales. Una vez que llegamos a casa, me propusieron ir a jugar de nuevo a D&D y como no (nunca digas que no a un plan) acepté, este es el juego más "friki" que jamás he visto, pero se está convirtiendo en mi vía de escape y la verdad es que nos divertimos bastante jugando.

A pesar de todo el vértigo que tengo ahora mismo desatado en mi interior, y que es tan bello como opresor, creo que esta vez voy a acabar la entrada dando las gracias, algo que los estadounidenses tienen muy interiorizado y que a nosotros nos falta por trabajar; yo tengo que agradecer a aquellos y aquellas que han creado un nuevo hogar para mi, que han sabido como robar, sin yo darme cuenta, una de mis semillas y la han plantado aquí. La semilla crece cada día un poquito, con cada momento, no importa si es bueno o malo; la semilla crece. Y cuando la semilla se convierta en árbol, ocupará tanto espacio dentro de mi, que espero poder soportarlo. Lo que es una lástima, es que esta nueva especie no es apta para injertos ni fusiones, y no se puede unir a otro ejemplar plantado hace dieciséis años a 8239 kilómetros de aquí.


¡LA AVENTURA CONTINÚA!


Lucas Santos





5 comentarios:

  1. A seguir disfrutando, Lucas!! Está experiencia te marcará para siempre. Un abrazo.

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  2. Lucas es increíble poder leer tu blog, y hacernos partícipes de todo lo que estás viviendo. Un abrazo.Diego

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    1. Muchas gracias Diego, es muy agradable saber que el blog está llegando, ya que es algo importante para mí. Un abrazo.

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