jueves, 18 de octubre de 2018

Homecoming

¡Hola a todos! Hace un par de semanas he vivido mi primer baile americano: Homecoming, y si, es como en las películas. Dejar reflejado en una entrada todo lo que pasó durante estos días es muy difícil; pero vamos a hacer un esfuerzo, al fin y al cabo, uno más al montón.
Si preguntáis a los estudiantes del R. A. Long qué fue Homecoming para ellos obtendréis respuestas muy diversas. Para algunos tan solo duraría unas tres horas, para otros, quince días. Para mi, Homecoming empezó el segundo día de instituto cuando mi profesor, en clase de Leadership, nos comentó que íbamos a ser los responsables de la organización de todo el evento. De primeras, teníamos mucho trabajo por hacer y solamente un mes para llevarlo a cabo; luego, te das cuenta de la suerte que tienes de formar parte de esta clase. Tardes pintando carteles, decoraciones para los pasillos, diseñando los tickets, vendiéndolos durante el "lunch"... Todo un proceso muy enriquecedor, aprendes a valorar el esfuerzo y la dedicación de un grupo de personas, orgullosas de su lugar de estudio, que quieren sacar adelante el mejor baile que el high school haya tenido hasta la fecha; es chocante ver como estos alumnos se enfrascan en su tiempo libre en un trabajo tan laborioso sin esperar nada a cambio. Una semana antes de nuestro “Homecoming Game” (el partido de fútbol americano que precede al baile), nos pasamos una tarde entera colocando todas las decoraciones que habíamos hecho por los pasillos del instituto; dividimos los pasillos en cursos (Senior hallway, Sophomore hallway...) y nos pusimos manos a la obra. El tema era "Noche en la ciudad" a mi curso se le asignó la ciudad de Nueva York, pero también pudimos disfrutar de los paisajes de Los Angeles, Las Vegas y Honolulu. Creo que nuestro mayor reto fue forrar todas las luces con papel negro con agujeros en forma de estrella, no se pararon de caer durante toda la semana siguiente; sin duda alguna, las decoraciones fueron de tamaño americano. Ese mismo día se publicó el cartel de la "Spirit Week", que consiste en que, durante la semana de Homecoming, cada día, los estudiantes y profesores tienen una temática para ir vestidos; fue divertido. También se anunció que alumnos comformarían la corte real para el baile. Nuestra "Spirit Week" fue así: el lunes "Jack Gear" (ir vestidos con ropa del colegio, camisetas con el logo, etc.), el martes tocó "Mathlete vs. Athlete", haciendo honor a Cross Country, escogí ir vestido de atleta; el tema del miércoles fue "City vs. Country" y, debido a la falta de camisas de cuadros en mi armario, me decanté por la ciudad. En mi opinión, el jueves fue el día más destacable de todos: "Tacky Tourist", el instituto se tiñó de colores veraniegos con camisas hawaianas y bermudas. Y para terminar dando guerra, el viernes se presentó la temática de "Color War", cada curso se vistió de un color perteneciente al colegio (rojo, negro, gris y blanco); los "seniors" nos vestimos de negro. Hubo compañeros que se tomaron toda la semana muy enserio, pintándose el pelo, maquillándose; y otros, conocidos como "pasotas", pues, como explicarlo, simplemente, pasaron. Una de las muchas ventajas de ser un exchange student es que puedes ir a dos bailes de Homecoming, bueno, si conoces a otra exchange student en el instituto rival. Así es, mi "date" para Homecoming fue Marina, y la verdad es que fue todo muy divertido. Primero fue su Homecoming, exactamente una semana antes del mío; durante el partido pasamos bastante frío, pero vino bien tener otro Homecoming a la semana siguiente porque así ya teníamos la suficiente experiencia como para saber que una llevar una manta para el "Homecoming game" de mi high school era muy necesario. Nos lo pasamos muy bien en su baile, tuvimos un pequeño contratiempo relacionado con llegar desde el estadio hasta su instituto porque no podemos conducir, pero al final logramos solucionar ese problema. No conocía a mucha gente, pero fue una buena oportunidad para hacer nuevas amistades. Además, nos dimos cuenta de una cosa: los americanos no saben poner música. Por el resto, fue genial. Como ya dije, el viernes anunciaron por megafonía la "Homecoming court" formada por cinco chicos y chicas, lo más llamativo es que los conocía a todos. Fueron escogidos por los profesores siguiendo el parámetro de él o la que mejor representa el espíritu del instituto. Básicamente se dedicaron a llevar una tiara y una banda que ponía "Homecoming court" durante toda la semana, o eso pensaba yo hasta que llegó la "Homecoming Assembly". Todo muy americano. Yo me esperaba la asamblea como algo  muy formal: en el auditorio, un evento con un tono serio, pero fue todo lo contrario. Mis compañeros de Leadership hicieron un excelente trabajo organizándola. El objetivo de la asamblea es presentar a los miembros de la corte; al llegar, las animadoras hicieron una actuación para abrir el evento y, acto seguido, fueron presentando a cada uno de los príncipes y princesas; estos estaban ordenados por parejas, pero luego, cuando la asamblea finalizó y los “seniors” nos dispusimos a votar, pudimos hacerlo de forma individual, no por parejas; de hecho, la reina y el rey del baile no estaban emparejados al principio. Después de todas las presentaciones, jugamos a un par de juegos por cursos. Creo que la asamblea fue lo mejor de todo Homecoming, después del baile, claro. Esa misma tarde tuvo lugar el partido de Homecoming, tras cenar con mi equipo, cada uno se fue a arreglar para el "Homecoming Game"; cuando llegamos al estadio, esta vez bien abrigados, todo el mundo estaba eufórico, pero cuando digo todos, es todos, desde el estudiante más joven hasta el profesor a punto de jubilarse, todos. Pasé un buen rato pero, lo mejor, sin duda, fue el descanso, cuando anunciaron quién sería el rey y la reina del baile. Cuando sonó la campana de la pausa, me sumergí en una película americana, pero literalmente. Entró en el estadio una caravana que funcionaba de camerino para los miembros de la corte, acto seguido, las princesas salieron con sus vestidos de noche y se sentaron en la parte trasera de unos coches de lujo descapotables, mientras, los príncipes esperaban en una especie de recibidor. Los coches fueron pasando uno a uno mientras las princesas saludaban (como princesas) y las cinco parejas se subieron a la tarima para el veredicto final. Un par de compañeros de Leadership trajeron diez globos, dos de ellos con confeti, y los estallaron encima de los miembros de la corte. A partir de ese momento, el partido pasó a un segundo plano, y todos nos pusimos a celebrar y a sacarnos fotos con nuestros amigos para dejar inmortalizado ese momento. Y, finalmente, llegó el esperadísimo día por todos: la noche del baile. Ese dia me levante por la mañana, bastante tarde, todo hay que decirlo, sobre las nueve y media (me suelo levantar a las cinco y media, así que las nueve y media es tarde para mí), hice una reserva en el restaurante al que queríamos ir a cenar Marina y yo y, a partir de ahí, fue el día menos productivo del mundo, no hice nada de nada, solo descansar, la semana previa había sido muy larga. Dos horas antes de empezar a prepararme, recibí un mensaje de Marina diciéndome que todo se iba a retrasar porque estaba en un espectáculo de Halloween que se estaba posponiendo. Fue estresante, porque lo tenía todo planeado, pero al final encontramos una solución. El baile era semi - formal, por lo que no tenía que ir de traje, pero sí de camisa y corbata; como a mi este código se me escapa, tuve que pedir consejo y, tras un par de horas en Vancouver, OR, conseguí lo que necesitaba (incluyendo el necesario drama por culpa de la corbata ya que Marina y yo no nos poniamos de acuerdo). Una vez listo, mis host-parents y yo salimos a buscar a Marina y, seguidamente, fuimos a cenar. Con la suerte que tenemos, al llegar al restaurante tailandés, el dependiente nos dijo que hacía dos minutos que la cocina había cerrado; que si queríamos comer, tenía que ser para llevar; como somos españoles, no hubo problema, comimos en el coche de camino al instituto. Cuando llegamos, enseñamos nuestros tickets y pasamos al salón de fiesta, en ese momento aún no había llegado mucha gente, y el ambiente estaba un poco decaído, pero todo se fue animando con el paso de la noche. Bailamos, nos reímos, nos lo pasamos en grande. Hubo el clásico baile lento del rey y la reina, pero la verdad es que nosotros no nos tomamos las canciones lentas muy en serio. Todo lo que Homecoming supuso fue enorme, a nivel interpersonal, todas mis relaciones mejoraron estratosfericamente, y por encima de todo, nos lo pasamos muy muy bien. Cabe destacar que, la semana previa a Homecoming, la "Spirit Week" estuvo plagada de tests y quizzes, pero repleta, así que el baile fue como una recompensa, estoy orgulloso de que no me sobrepasara el estrés. También me invitaron a una fiesta temática de Harry Potter para celebrar Halloween, pero esa es una historia que aún está sin escribir. Además, esa semana hice las audiciones para entrar en la banda sinfónica de la universidad de mi ciudad, afortunadamente, todo salió bien; estoy muy contento con todo lo que estoy haciendo. La semana de Cross Country fue muy dura, pero dio sus frutos. El inicio de esta semana fue la vuelta a la realidad, bueno, la vuelta a la nube. Nuevos trabajos, proyectos y exámenes; pero siempre con una sonrisa. La verdad es que el comienzo de la semana fue un poco caótico, me quedo dormido el lunes, luego tengo mi clase de flauta en el descansillo del colegio en el que trabaja mi profesora porque nos quedamos encerrados, empezamos nuestro primer libro de lectura en clase de inglés, me quedo con el pomo de la puerta en la mano cuando intento entrar en mi habitación… Lo que no pasa aquí no pasa en ningun lado. Pero también hubo cosas muy buenas, me añadieron al "family group chat" de Cross Country (un grupo de broma que crearon mis amigos del equipo), un nuevo personal record en la carrera de la liga (21:52)… Pero sin duda alguna, el momento culmen de la semana fue el siguiente: en Cross Country solemos jugar a tirar una pelota de tenis contra la pared antes de que empiece el entrenamiento; yo, que nunca había tenido la oportunidad de participar, porque suelo llegar al gimnasio con el tiempo justo, cogí la pelota para tirarla, y la primera vez que juego, la tiro por encima del tejado. Fin del juego. Me sentí muy mal en ese momento, pero luego nos acabamos riendo todos. Nuevos momentos se van acercando, nuevos recuerdos, nuevas fechas esenciales para la vida de un americano, nuevos retos. Esta experiencia, y todo este año en general, me está mostrando como es la gente de este país, con sus virtudes y sus defectos, puedo ver lo que aceptan, lo que les parece fuera de lugar, lo que más aprecian… Y lo que veo me gusta. Me gusta mucho.


¡LA AVENTURA CONTINÚA!


Lucas Santos

2 comentarios:

  1. En algunas cosas la preparación de tu fiesta Homecoming se parece a nuestras fiestas de PEPAS.
    Me alegro de que hayas disfrutado y de que algún día puedas dormir hasta las nueve y pico.
    Un abrazo,
    Mar

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario Mar,
      La verdad es que la preparación de las fiestas de Pepas me ha venido muy bien como experiencia previa a la preparación de Homecoming.

      Un saludo,
      Lucas Santos

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